EL GRAN TEMOR DEL ENVEJECIMIENTO SEXUAL
La mayoría de los hombres comienzan a preocuparse por el mal llamado envejecimiento sexual alrededor de los cuarenta años. Esto les sucede porque comparan su nivel de actividad con el que tenían a los veinte años.A los cincuenta sobreviene una nueva crisis con respecto a la sexualidad y a los sesenta muchos hombres ya comienzan a considerar la posibilidad de abandonar definitivamente el sexo. El pudor de besarse en público, la reticencia a decir un halago a una mujer son las trabas más comunes que sienten los hombres por temor de entrar en el estereotipo de viejo verde.
Al entrar en la madurez se producen cambios fisiológicos en la respuesta del organismo a nivel de todos los aspectos que hacen a la salud. Y los que tienen que ver con el funcionamiento sexual no son la excepción. El desconocimiento de este proceso normal hace que muchos hombres se sientan amenazados por un fantasma, un temor que no siempre es real: la impotencia. Toda una serie de dudas comienzan a rondar la cabeza del hombre maduro: ¿Podré responder nuevamente? ¿Le gustaré a mi compañera? El temor a no lograr la erección es causa de mucha angustia en la mayoría de los hombres, independientemente de si existen razones que lo justifiquen. Este temor puede fundarse tan solo en la fantasía, en los comentarios de los amigos o bien una experiencia aislada de pérdida de erección.
El órgano sexual masculino funciona como un verdadero termómetro que mide la intensidad de las emociones. Bajo los efectos del estrés, o circunstancias afectivas negativas como depresión, problemas en el trabajo, falta de esparcimiento, o un resentimiento guardado por la compañera, es probable que puedan aparecer episodios de impotencia pasajera.
Esto solo no es motivo de alerta, pero cuando los episodios se repiten con una frecuencia considerable, el consultar a un sexólogo puede ayudar a despejar dudas y solucionar el problema mediante las terapias adecuadas. Los problemas físicos como agrandamiento de próstata, las enfermedades de transmisión sexual y las afecciones cardíacas requieren, la consulta a un especialista.
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