EL PROCESO DE INJERTO
Primero, se extraen una serie de tiras de folículos de unos dos centímetros de ancho por diez centímetros de largo de la zona donante. Una vez hecho esto, se sutura la zona. Se colocan en la mesa quirúrgica esterilizada y se preparan pequeños injertos de uno a cuatro folículos de pelo.
Los de un folículo son para la parte delantera de la cabeza; conforme se va hacia atrás se repuebla con injertos de tres y cuatro folículos. Para ello, se realizan unas microincisiones en los lugares donde se va a plantar el pelo con la punta de un bisturí fino. Realmente es como plantar una flor. Una vez colocados todos los folículos se pone un vendaje suave y a esperar. El pelo que se implanta está totalmente rasurado, cuando se caiga, el folículo recién plantado dará otro pelo nuevo.
El resultado podrá verse a los seis meses.
Esta intervención es de tipo ambulatorio, es decir, el paciente no tiene que ingresar en la clínica. Durante todo el proceso, que suele durar entre una y tres horas, el individuo está despierto, pues tan sólo es necesaria la administración de anestesia local. El coste medio de una sesión de implante es de unos 3.600 euros. En cada sesión se colocan unos 1.500 folículos, aunque el número depende del tipo de alopecia.
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