ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO
TRATAR Y CURAR LOS HEMORROIDES
Si detectamos alguno de los síntomas de la presencia de hemorroides antes descritos, lo primordial es que acudamos al médico. Será el especialista quien nos indique el tratamiento más adecuado para cada caso en función del estado, tratamiento que en los casos más graves puede llegar a la cirugía.
En caso de que los síntomas no sean demasiado acusados, las hemorroides realmente no requieren de un tratamiento específico. Es más, no todas las hemorroides llegan presentar síntomas, ni tan siquiera hacerse visibles.
A pesar de todo, no está de más adquirir algunos hábitos que nos pueden ayudar a prevenir la formación de hemorroides, o a paliar sus síntomas una vez ya han hecho su aparición. Dietas ricas en fibra, que favorecen el tránsito intestinal y ablandan las heces, resultan de lo más conveniente. El papel higiénico conviene que sea suave, y tanto en casos de estreñimiento, como diarrea, debería tratarse el problema lo antes posible.
En caso de un ataque de dolor agudo, generalmente causado por la presencia de trombos en la hemorroide, es posible conseguir un cierto alivio aplicando compresas frías, con hielo, en la zona. Tomar algún analgésico, como por ejemplo paracetamol, por ejemplo en su conocida marca comercial Gelocatil, también es una ayuda. Si el dolor no remite en cuestión de horas conviene visitar al médico que probablemente nos recete algún tipo de pomada calmante, al estilo de la pomada Hemoal o del gel Hemoclin, que nos aliviarán los síntomas. En general este tipo de productos buscan el alivio sintomático puntual; hacer desaparecer rápidamente el dolor, la irritación, el picor, la quemazón, la inflamación, etc., ayudando a la cicatrización de posibles fisuras anales.
Si aun así el problema persiste posiblemente se deberá recurrir a la hospitalización y alguna de las diversas técnicas quirúrgicas.
TRATAR Y CURAR LOS HEMORROIDES
Si detectamos alguno de los síntomas de la presencia de hemorroides antes descritos, lo primordial es que acudamos al médico. Será el especialista quien nos indique el tratamiento más adecuado para cada caso en función del estado, tratamiento que en los casos más graves puede llegar a la cirugía.
En caso de que los síntomas no sean demasiado acusados, las hemorroides realmente no requieren de un tratamiento específico. Es más, no todas las hemorroides llegan presentar síntomas, ni tan siquiera hacerse visibles.
A pesar de todo, no está de más adquirir algunos hábitos que nos pueden ayudar a prevenir la formación de hemorroides, o a paliar sus síntomas una vez ya han hecho su aparición. Dietas ricas en fibra, que favorecen el tránsito intestinal y ablandan las heces, resultan de lo más conveniente. El papel higiénico conviene que sea suave, y tanto en casos de estreñimiento, como diarrea, debería tratarse el problema lo antes posible.
En caso de un ataque de dolor agudo, generalmente causado por la presencia de trombos en la hemorroide, es posible conseguir un cierto alivio aplicando compresas frías, con hielo, en la zona. Tomar algún analgésico, como por ejemplo paracetamol, por ejemplo en su conocida marca comercial Gelocatil, también es una ayuda. Si el dolor no remite en cuestión de horas conviene visitar al médico que probablemente nos recete algún tipo de pomada calmante, al estilo de la pomada Hemoal o del gel Hemoclin, que nos aliviarán los síntomas. En general este tipo de productos buscan el alivio sintomático puntual; hacer desaparecer rápidamente el dolor, la irritación, el picor, la quemazón, la inflamación, etc., ayudando a la cicatrización de posibles fisuras anales.
Si aun así el problema persiste posiblemente se deberá recurrir a la hospitalización y alguna de las diversas técnicas quirúrgicas.
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