domingo, 8 de junio de 2008

TRATAMIENTOS DE LOS TUMORES GINECOLÓGICOS-ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

TRATAMIENTOS DE LOS TUMORES GINECOLÓGICOS

Según el tipo de tumor y el estadio en el que éste se encuentre, se aplica un de tratamiento diferente. La salud y la edad del paciente también son decisivas a la hora de escoger la estrategia de tratamiento. Las técnicas son muy diversas y se pueden utilizar de manera aislada o combinadas.
La cirugía es el tratamiento más común, permite eliminar las células cancerosas y, en caso de ser necesario, retirar los ovarios, trompas de falopio u otros órganos que se hayan visto afectados por el cáncer o una metástasis. En caso de que lo extraído sea el útero la técnica se denomina histerectomía. También los ganglios linfáticos pueden ser retirados mediante cirugía.

Tras la operación, la paciente sentirá inicalmente dolores abdominales que pueden atenuarse con fármacos. También experimentará dificultades o molestias al orinar. Cuando los ovarios o el útero han sido retirados además de los dolores físicos la mujer suele tener una etapa emocionalmente difícil; no va a poder tener hijos, y en este momento otra pareja que haya pasado por la misma situación o alguien con quien hablar se convierte en una necesidad fundamental. Además, se produce una menopausia brusca que provoca muchos síntomas y molestias, más intensas que las de la menopausia natural que es más lenta y progresiva. Para esto existen tratamientos como las terapias hormonales sustitutorias. Pero los últimos experimentos han puesto en entredicho estos tratamientos, ya que pueden fomentar la aparición de otros cánceres.

La radioterapia suele complementar a la cirugía; esta técnica emplea radiaciones de alta energía para matar a las células cancerígenas. Para el tratamiento con radioterapia externa la paciente ha de acudir durante un periodo de 4 a 6 semanas, de lunes a viernes, al hospital. Otro posible modo de aplicar la radioterapia es la implantación de una cápsula con sustancias radioactivas en la zona del tumor. En algunos casos se recurre a otro método denominado terapia de radiación intraperitonal en el que se inyecta un líquido radioactivo directamente en el abdomen a través de un catéter.

Los efectos secundarios de la radioterapia dependen del tipo y la cantidad de ésta que haya recibido la paciente. Los más comunes son sequedad y picores en la piel de la zona tratada, pérdida de apetito y una enorme sensación de cansancio. En el caso del cáncer de cérvix o de útero la mujer sentirá sequedad y picor en la vagina, por lo que puede sentir dolor durante el acto sexual. Además muchos médicos recomiendan no mantener relaciones mientras dura el tratamiento.

La quimioterapia se utiliza en menor medida. La paciente recibe medicamentos por vía oral o intravenosa que destruyen las células cancerosas que hayan podido quedar tras la radioterapia o la cirugía. Al igual que la radioterapia se puede aplicar también a través de un catéter. Los avances en la investigación están consiguiendo que surjan medicamentos cada vez menos agresivos para el paciente y más tóxicos para el tumor que reducen los efectos secundarios negativos.

El principal problema de la quimioterapia es que destruye tanto las células malignas como las sanas. Por lo tanto, la paciente está más baja de defensas con lo que corre el riesgo de padecer enfermedades infecciosas y sentirá que tiene menos energía. Además puede provocar daños en el riñón y otros órganos importantes.




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