lunes, 5 de octubre de 2009

LO QUE DEBEMOS SABER DEL METACRILL-ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

LO QUE DEBEMOS SABER DEL METACRILL

El mundo de la cosmética tiene tantos tratamientos con promesas de una apariencia envidiable y juventud casi eterna que siempre debemos estar muy alertas acerca de sus ofrecimientos, ya que muchas veces ocasionan el efecto contrario al esperado.Esa es la polémica que hace unas semanas ha venido generando un producto llamado Metacrill, marca brasileña que contiene implantes inyectables con microesferas de PMMA (siglas de polimetilmetacrilato), sustancia que ayuda a corregir los surcos que se forman en la piel, generalmente producto del envejecimiento.

El problema no es la aplicación del producto -que tiene la certificación necesaria y ha generado muy buenos comentarios de especialistas y pacientes-, sino de su componente principal, el PMMA, que a la vez es un genérico que se utiliza en otros productos que no son convenientes para nuestra salud.

Algunos médicos y cosmiatras inescrupulosos llaman a estos productos con el nombre de Metacrill cuando en realidad utilizan el llamado “aceite de avión“, que ocasiona daños irreversibles para la salud, como manchas, piel abultada y heridas en carne viva, por cierto, muy dolorosas.

A fin de que nuestro intento por vernos más bellas(os) no nos juegue una mala pasada, debemos saber que el Metacrill solo se aplica en pequeñas cantidades sobre determinadas zonas del cuerpo. La proporción es de 2% de PMMA en los labios y arrugas finas; de 10% en las manos y surcos alrdedor de la nariz; y de un máximo de 30% en el mentón, la mandíbula y los glúteos.

Además de las precauciones de salud, el motivo por el que se aplican pequeñas dosis de Metacrill es que las inyecciones son muy costosas. Así que no debemos sentirnos tentados a adquirir envases de cuarto de litro o más que cuesten algunos cientos de dólares, ya que su precio real sería, como mínimo, cinco veces más del que se dice.

El verdadero Metacrill ha sido aprobado por los Ministerios de Salud de Brasil -su lugar de procedencia-, Argentina y Perú y solo sus distribuidores pueden brindar el auténtico registro sanitario (RG) de la marca.

Para que no nos den “gato por liebre” solo hace falta verificar el número de RG del producto en internet y dar una llamada al Colegio Médico de nuestro país consultando los antecedentes del profesional que nos atenderá. Dos minutos para comprobar datos tan determinantes -pero a los que pocas veces damos la debida importancia- pueden ser de mucha ayuda.

El problema no es la aplicación del producto -que tiene la certificación necesaria y ha generado muy buenos comentarios de especialistas y pacientes-, sino de su componente principal, el PMMA, que a la vez es un genérico que se utiliza en otros productos que no son convenientes para nuestra salud.

Algunos médicos y cosmiatras inescrupulosos llaman a estos productos con el nombre de Metacrill cuando en realidad utilizan el llamado “aceite de avión“, que ocasiona daños irreversibles para la salud, como manchas, piel abultada y heridas en carne viva, por cierto, muy dolorosas.

A fin de que nuestro intento por vernos más bellas(os) no nos juegue una mala pasada, debemos saber que el Metacrill solo se aplica en pequeñas cantidades sobre determinadas zonas del cuerpo. La proporción es de 2% de PMMA en los labios y arrugas finas; de 10% en las manos y surcos alrdedor de la nariz; y de un máximo de 30% en el mentón, la mandíbula y los glúteos.

Además de las precauciones de salud, el motivo por el que se aplican pequeñas dosis de Metacrill es que las inyecciones son muy costosas. Así que no debemos sentirnos tentados a adquirir envases de cuarto de litro o más que cuesten algunos cientos de dólares, ya que su precio real sería, como mínimo, cinco veces más del que se dice.

El verdadero Metacrill ha sido aprobado por los Ministerios de Salud de Brasil -su lugar de procedencia-, Argentina y Perú y solo sus distribuidores pueden brindar el auténtico registro sanitario (RG) de la marca.

Para que no nos den “gato por liebre” solo hace falta verificar el número de RG del producto en internet y dar una llamada al Colegio Médico de nuestro país consultando los antecedentes del profesional que nos atenderá. Dos minutos para comprobar datos tan determinantes -pero a los que pocas veces damos la debida importancia- pueden ser de mucha ayuda.

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