Tratamiento
La clave para tratar la sequedad de la piel es mantenerla húmeda. Bañarse menos veces permite que los aceites protectores permanezcan más tiempo sobre la piel. Los ungüentos o las cremas como la gelatina de petróleo (vaselina), el aceite mineral, o los humectantes sin aroma también pueden retener la humedad de la piel. Los jabones y detergentes fuertes, así como los perfumes de ciertos humectantes, irritan la piel y pueden secarla aún más. Frotarse o rascarse la piel seca puede provocar una infección con posterior desarrollo de cicatrices. Cuando las escamas constituyen un problema, existen soluciones o cremas con ácido salicílico que pueden eliminarlas. En los adultos, el médico puede recomendar envolver la piel con un vendaje oclusivo hecho de una película de plástico o celofán después de aplicar estos tratamientos. Por lo que respecta a los niños, se debe prescindir del uso de estos vendajes. En algunas formas graves de ictiosis, las cremas que contienen vitamina A (tretinoína) son muy eficaces. Los compuestos derivados de la vitamina A ayudan a que la piel elimine el exceso de escamas. El etretinato, un fármaco similar a la vitamina A, se usa para ciertas formas de ictiosis. En los casos de hiperqueratosis epidermolítica, pueden utilizarse antibióticos y un fuerte jabón desinfectante como la clorhexidina
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