miércoles, 3 de febrero de 2010

CUIDA TU PIEL CON CHOCOLATE-ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

CUIDA TU PIEL CON CHOCOLATE

El cacao, la valiosa semilla de la cual se extrae este delicioso manjar, es un importante proveedor de sustancias benéficas tanto para el estado físico como anímico, ya que además de ser una fuente de energía para el organismo y de antioxidantes celulares, que contribuyen a eliminar los temibles “radicales libres” autores en gran parte del envejecimiento cutáneo, también es un notable liberador de “endorfinas” que promueven una sensación de felicidad y bienestar incomparables.

Lamentablemente su altísimo valor calórico lo convierte casi en un alimento prohibido para quienes desean mantener su silueta, pero podemos aprovechar al máximo las propiedades rejuvenecedoras del chocolate sin ingerirlo. En la actualidad los más exclusivos centros de revitalización y spas del mundo incluyen a esta mágica delicia entre sus tratamientos de mayor vanguardia y mejores resultados.

Pero no es preciso que viajes hasta el otro extremo del planeta para sentir en tu piel los efectos del chocolate. Con algunos consejos simples, podrás tú misma extraer todas sus propiedades, en la comodidad de tu hogar y sin mayores complicaciones. Apunta estos consejos:

1. Compra chocolate de buena calidad, de preferencia amargo y puro (sin leche). Aunque tanto el chocolate blanco como el negro son benéficos para la piel, te sugerimos realices este tratamiento con chocolate negro ya que éste posee más fibras, menor concentración de colesterol y una importante cantidad de minerales esenciales para la normalización celular como son el fósforo y el magnesio.

2. Limpia profundamente tu rostro con un producto exfoliante y abundante agua tibia. Este procedimiento eliminará las células muertas y abrirá los poros para absorber todas las propiedades de la mascarilla de chocolate que realizarás a continuación.

3. Derrite el chocolate a baño maría (coloca un bowl con el chocolate dentro de otro con agua hirviendo), paulatinamente irá fundiéndose hasta adquirir una consistencia cremosa. Ten mucho cuidado en este punto, pues el chocolate alcanza una elevada temperatura interior que podría resultar peligroso. Lo ideal será contar con un termómetro (los venden en casas especializadas para repostería) y controlar la temperatura del chocolate hasta que no supere los 35º.

4. Una vez lograda la temperatura ideal, toma con un pincel ancho una porción del chocolate derretido y extiéndela con cuidado en tu rostro. Aplícalo con movimientos desde el centro del rostro hacia afuera sin olvidar el contorno de los ojos, la barbilla y el cuello. También puedes aplicarlo en el escote.

5. Deja actuar esta mascarilla durante aproximadamente unos 30 minutos. Durante ese tiempo recuéstate cómodamente, cierra tus ojos (puedes aprovechar para colocar bolsitas de té de amamelis sobre tus párpados), y respira profundamente, relajando tu cuerpo y tu mente.

6. Al cabo de los 30 minutos, el chocolate se habrá endurecido lo suficiente como para que puedas quitarlo con tus manos sin mayor problema. Si queda chocolate adherido en partes difíciles, humedece el pincel en agua tibia y retíralo con cuidado.

7. A continuación, lava tu rostro con abundante agua tibia primero y fría después. De esta manera cerrarás los poros y “atraparás” en las capas más profundas de la piel el benéfico aporte de sustancias rejuvenecedoras.

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