ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO
EL ENVEJECIMIENTO Y LA NECESIDAD DE AMOR
AL igual que la infancia, la adolescencia y la adultez, el envejecimiento es una de las etapas del ciclo vital del ser humano donde se producen una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales de forma dinámica, por lo que los especialistas en Geriatría lo dividen en tres tipos: el normal, el patológico y el óptimo o satisfactorio.
El envejecimiento normal o primario implica una serie de cambios graduales biológicos, psicológicos y sociales asociados a la edad, intrínsecos e inevitables, y que ocurren como consecuencia del paso del tiempo. Ejemplo de ello es el encanecimiento del cabello.
El óptimo o satisfactorio es aquel que se produce a partir de inmejorables condiciones físicas, psicológicas y sociales; es el deseado por todos, pues implica pocas pérdidas o ninguna, además de escasas probabilidades de presencia de enfermedades.
Generalmente el proceso de envejecimiento satisfactorio lo manifiestan aquellos adultos mayores que favorecen la promoción de su salud (física y psicológica), fomentando la práctica de ejercicio físico y el entrenamiento de sus capacidades cognitivas, mejorando su autoestima y manteniendo hábitos de vida saludables.
Por otra parte, al ser el envejecimiento un proceso dinámico cada cual lo experimenta de forma distinta o heterogénea a partir de las llamadas variables interindividual e intraindividual. La primera implica que a medida que las personas envejecen tienden a ser más heterogéneas, distintas unas de otras desde los puntos de vista psicológico, fisiológico y social debido, entre otros, a factores biológicos (genéticos, hereditarios) o biográficos —como estilos de vida—, de manera que las personas de la tercera edad presentan más diferencias entre sí que las más jóvenes. Asimismo, los cambios asociados al envejecimiento no tienen porqué surgir en igual momento o grado en todos los adultos mayores, como ocurre por ejemplo con el encanecimiento del cabello.
Por su parte la variable intraindividual manifiesta que si se producen cambios en determinadas funciones, conducta, capacidad, habilidad psicológica o fisiológica (como la movilidad) del adulto mayor, esto no significa que se tengan que producir, necesariamente, cambios en otras (como por ejemplo, la capacidad cognitiva), lo que demuestra que los sistemas del organismo humano envejecen a ritmo distinto.
Independientemente de todo este proceso hay que recordar algo fundamental, y es que a medida que transcurren los años el adulto mayor tiende a ser más rígido en sus convicciones, a aferrarse más a ellas y a mantener sus puntos de vista con mayor intensidad.
Así, cuando se llega a esta edad en que comienzan a manifestarse los primeros signos de envejecimiento es la familia y las amistades más allegadas quienes tienen que mostrarle máxima comprensión y flexibilidad, y no exigir de su parte lo que ni siquiera son capaces de proporcionarle.
Hay que tener muy en cuenta que el adulto mayor acumula emociones y experiencias a lo largo de la vida que necesita transmitir y desarrollar para sentirse útil...Y las relaciones sociales son un ejemplo de estímulo y motivación.
EL ENVEJECIMIENTO Y LA NECESIDAD DE AMOR
AL igual que la infancia, la adolescencia y la adultez, el envejecimiento es una de las etapas del ciclo vital del ser humano donde se producen una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales de forma dinámica, por lo que los especialistas en Geriatría lo dividen en tres tipos: el normal, el patológico y el óptimo o satisfactorio.El envejecimiento normal o primario implica una serie de cambios graduales biológicos, psicológicos y sociales asociados a la edad, intrínsecos e inevitables, y que ocurren como consecuencia del paso del tiempo. Ejemplo de ello es el encanecimiento del cabello.
El óptimo o satisfactorio es aquel que se produce a partir de inmejorables condiciones físicas, psicológicas y sociales; es el deseado por todos, pues implica pocas pérdidas o ninguna, además de escasas probabilidades de presencia de enfermedades.
Generalmente el proceso de envejecimiento satisfactorio lo manifiestan aquellos adultos mayores que favorecen la promoción de su salud (física y psicológica), fomentando la práctica de ejercicio físico y el entrenamiento de sus capacidades cognitivas, mejorando su autoestima y manteniendo hábitos de vida saludables.
Por otra parte, al ser el envejecimiento un proceso dinámico cada cual lo experimenta de forma distinta o heterogénea a partir de las llamadas variables interindividual e intraindividual. La primera implica que a medida que las personas envejecen tienden a ser más heterogéneas, distintas unas de otras desde los puntos de vista psicológico, fisiológico y social debido, entre otros, a factores biológicos (genéticos, hereditarios) o biográficos —como estilos de vida—, de manera que las personas de la tercera edad presentan más diferencias entre sí que las más jóvenes. Asimismo, los cambios asociados al envejecimiento no tienen porqué surgir en igual momento o grado en todos los adultos mayores, como ocurre por ejemplo con el encanecimiento del cabello.
Por su parte la variable intraindividual manifiesta que si se producen cambios en determinadas funciones, conducta, capacidad, habilidad psicológica o fisiológica (como la movilidad) del adulto mayor, esto no significa que se tengan que producir, necesariamente, cambios en otras (como por ejemplo, la capacidad cognitiva), lo que demuestra que los sistemas del organismo humano envejecen a ritmo distinto.
Independientemente de todo este proceso hay que recordar algo fundamental, y es que a medida que transcurren los años el adulto mayor tiende a ser más rígido en sus convicciones, a aferrarse más a ellas y a mantener sus puntos de vista con mayor intensidad.
Así, cuando se llega a esta edad en que comienzan a manifestarse los primeros signos de envejecimiento es la familia y las amistades más allegadas quienes tienen que mostrarle máxima comprensión y flexibilidad, y no exigir de su parte lo que ni siquiera son capaces de proporcionarle.
Hay que tener muy en cuenta que el adulto mayor acumula emociones y experiencias a lo largo de la vida que necesita transmitir y desarrollar para sentirse útil...Y las relaciones sociales son un ejemplo de estímulo y motivación.
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