lunes, 5 de abril de 2010

Bebés: los cuidados vitales de su primer año-ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

Bebés: los cuidados vitales de su primer año

Del cuidado con esmero de un bebé en su primer año de vida dependerán muchos aspectos importantes de cara al futuro, tanto de su personalidad como de sus cualidades físicas, así como de sus defensas frente a la enfermedad. Hay que estar muy pendientes de casi todo en esos doce decisivos meses: desde su proceso de crecimiento hasta las razones de llantos inesperados.

Antes de la llegada del nuevo ser al hogar hay que tener previstas una serie de intendencias y que la casa se encuentre de lo más acogedora. No olvidemos tampoco que, para el mejor desarrollo psíquico y físico del niño, hay que olvidarse –o al menos saber compaginarlo- de nuestro ritmo de vida de adulto. El bebé impone una serie de rutinas derivadas de su alimentación y de su descanso que nos obligan a ser responsables y a renunciar a ciertas libertades que nos permitíamos cuando vivíamos solos en pareja, sin la presencia del nuevo ser. La lactancia y el destete son dos momentos muy importantes en el desarrollo del recién nacido, así como el momento de la separación de la madre cuando debe volver al trabajo.

Jo Frost, la niñera británica más conocida del mundo asegura en su libro “Ya eres mamá”que uno de los mayores enemigos de cualquier madre en ciernes es el miedo a no dar la talla como progenitora. La 'supernanny' advierte de que todo hay que aprenderlo sobre la marcha y que hay cosas que son de auténtico perogrullo. Por ejemplo, para saber cuándo hay que cambiar un pañal a un bebé no hay más que fijarse en el momento en que el pequeño comience a llorar. Esto es señal de que se siente incómodo. Cambia otro pañal y verás como cesa el llanto.

Sin embargo, Frost asegura haber observado que cuanto más cuidado ponen algunos padres primerizos al tomar al bebé en sus brazos, más suele llorar éste. Ello obedece al sexto sentido del niño que percibe inseguridad en sus progenitores. Si tomamos al bebé con firmeza y le sujetamos bien la cabecita, el lactante se sentirá protegido y, en consecuencia, mucho más tranquilo.

Una vez que el niño ha llegado, Frost recomienda la lactancia materna el máximo tiempo posible, ya que la leche de la madre contiene la combinación justa de grasas, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales para el recién nacido, además de los anticuerpos que estimulan su sistema inmunitario ante los previsibles ataques de virus y bacterias. También se ha demostrado que la lactancia natural reduce los gases y el estreñimiento.

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