martes, 1 de junio de 2010

LA DEFENSA DE LA CALVICIE 1-ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

ALOPECIA Y CAIDA DEL CABELLO

LA DEFENSA DE LA CALVICIE I


A muchos nos preocupa quedarnos calvos. Buscamos lociones capilares y menjurgues para complicamos la existencia. Creemos que la belleza está en la protuberancia de cabello. Pero entre más pelo más cerca de la bestia.

El calvo, como se cree, no es menos atractivo, así sea bajo, rechoncho y moreno. No es una involución al primate. Al contrario, es más humano. Pierde pelaje y muda de pelo y de ideas. Porque el calvo piensa otras cosas porque no se entretiene en recuperar lo perdido y es más ingenioso. Le toca pensarse un poquito más. Porque no tener pelo no significa no ser espontaneo.

La calvicie es una renuncia a la belleza codificada. Belleza de moda, la que nos vende los medios de comunicación y la cultura de consumo. O ¿por qué no hay un calvo promocionando una crema dental o producto del Éxito?

El pelo empieza a caerse, a quedarse en las manos, en los peines, en las camisas, en las sábanas, en los bares, en las calles, en todas partes. Entonces viene la preocupación. Se relaciona la calvicie con la vejez y a nadie le gusta sentirse viejo, saberse feo y ridículamente rechazado. Pero el rechazo es propio. El que te quedes calvo no implica que perdas la movilidad de las manos o quedes cojo. Seguís igual de salud. El problema es ser débil de carácter y sufrir una crisis de autoestima.

Mientras la frente se vuelve terrateniente y se adueña de toda la cabeza no se desaprovecha vitrinas, espejos, retrovisores de motos y automóviles, vidrios y cuanta cosa dé reflejo.

Ser calvo es aceptar la naturaleza de calvo y mirar las ventajas. No habrá que gastar plata en tratamientos para el cabello. Con lo que invierte una mujer o un hombre vanidoso en el cuidado del cabello podría comprarse el mercado de tres familias de estrato uno y dos. La vanidad es desalmada y no le da hambre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario