sábado, 5 de junio de 2010

CONSIDERACIONES PRÁCTICAS SOBRE LA CAIDA DEL CABELLO-ALOPECIA-CONSECUENCIAS Y SOLUCIONES

ALOPECIA-CONSECUENCIAS Y SOLUCIONES

CONSIDERACIONES PRÁCTICAS SOBRE
LA CAIDA DEL CABELLO


El cabello es un apéndice de la piel y representa, para el hombre, una de las partes más preciadas y cuidadas. Un cabello frondoso y fuerte es realmente, motivo de orgullo; por el contrario, un cabello pajizo, quebradizo y débil con abundante caída, ya sea localizada o difusa, constituye un problema de gran preocupación, capaz de originar trastornos emocionales severos e incluso condicionar su autoaislamiento social.

A continuación veamos la fisiología, tipos y causas de esta frecuente afección:

Un adulto tiene un promedio de 500,000 pelos. Cada pelo está ubicado en un folículo pilo-sebáceo que es el órgano de formación y crecimiento del pelo. Se ubica en la dermis y epidermis, dotado de un aparato perfecto de nutrición e inervación.

El pelo crece a razón de 0.37 mm por día. Desde el momento de su formación hasta su caída total, se distinguen 03 períodos de crecimiento: El primero es el “crecimiento activo” el cual se denomina anágeno, de duración larga, hasta de 03 a 04 años en la cabeza. Luego viene un segundo período de “reposo”, donde no hay crecimiento o fase catágeno, que dura de 03 a 04 meses; por último, viene el período de “caída” del cabello o fase “telógeno”.

El conocimiento de las distintas fases del crecimiento del cabello es muy importante para realizar las consideraciones diagnósticas de las caídas del cabello. De esta manera se puede comprender, que diariamente se producen caídas de cabello en forma normal y corresponden a aquellos que se encuentran en la fase telógeno.

La caída del cabello, en sus distintas formas de intensidades, es la patología que más preocupa al individuo, independientemente del sexo y las distintas edades de la vida.

La caída del cabello puede ser localizada o difusa. En la caída localizada, se aprecia caída parcelar o en áreas, que pueden ser únicas o múltiples y su causa es una imposibilidad transitoria o permanente del crecimiento piloso, originado por factores genéticos (nevus), infecciones bacterianas o micóticas, accidentes traumáticos que destruyen los folículos, originando zonas alopécicas cicatrizales. En este grupo de las caídas localizadas, merece una mención especial la denominada “alopecia arelata” o pelada, en la cual se observan áreas de caída que pueden ser únicas o múltiples e incluso puede afectar toda la cabeza, originando el cuadro denominado alopecia decalvante. Esta enfermedad es de causa desconocida, pero está ligada a fenómenos auto-inmunes. Excepto las formas decalvantes crónicas, las demás son de buen pronóstico y perfectamente curables.

Las caídas difusas del cabello, obedecen a distintas causas. La llamada calvicie presenta distintas magnitudes, que van desde las entradas profundas en la frente, la calvicie fronto-parieto-occipital que es la más frecuente, hasta la calvicie total. En este último caso, el factor genético juega un papel muy importante.

Las caídas difusas del cabello también las podemos encontrar en una serie de enfermedades y estados orgánicos, entre los cuales tenemos las distintas formas de anemia, enfermedades carenciales, ya sea por falta de ingestión de alimentos o por falta de absorción intestinal unidas a alteraciones propias de los glóbulos rojos que reducen el aporte de oxígeno necesario para el metabolismo del bulbo piloso.

Las intoxicaciones medicamentosas accidentales por talio, tratamientos quimioterápicos para contrarrestar el cáncer, originan caídas difusas del cabello, a menudo temporales.
Las enfermedades febriles muy comunes como paludismo, brucelosis, tifoidea, tuberculosis, originan caídas temporales. Las enfermedades endocrinas como la diabetes, el hipotiroidismo, cursan con caídas de cabello considerables. Por último, debemos mencionar las caídas de cabello durante el embarazo, lactancia y varios meses después de la misma.

Con estas consideraciones se ha dado un enfoque muy esquemático al problema de las caídas del cabello. El tratamiento de todos estos trastornos, requiere un estudio clínico integral por el dermatólogo, a fin de instituir el plan terapéutico más apropiado.

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