sábado, 29 de mayo de 2010

SINDROME POST ABORTO (SPA)-ALOPECIA-CONSECUENCIAS Y SOLUCIONES

ALOPECIA-CONSECUENCIAS Y SOLUCIONES

SINDROME POST ABORTO (SPA)

El Síndrome Post-Aborto (SPA) consiste en una serie de trastornos psicológicos y psicosomáticos que experimentan muchas mujeres a consecuencia de haber abortado.

Merece la pena aclarar que las manifestaciones del SPA son normales: es decir, lo natural después de haber sufrido un aborto provocado, es sentir dolor, tristeza, culpabilidad, vacío,... lo anormal, sería quedarse completamente indiferente como si nada hubiera ocurrido (ello reflejaría un cierto grado de trastorno mental, aunque es preciso diferenciarlo de la actitud de negación, con la que la mujer aparenta ante sí misma y ante los demás esta supuesta indiferencia).

El SPA suele aparecer tardíamente, pasados meses e incluso varios años desde que el aborto tuvo lugar; las manifestaciones más frecuentes son depresión, ansiedad, rabia, vergüenza, rechazo de sí misma y gran sentimiento de culpa. Si la mujer padecía algún trastorno mental previo o bien tenía una cierta predisposición a padecerlo, el aborto suele agravarlo o desencadenarlo.

Estas alteraciones básicas, afectan la vida cotidiana de la mujer y se concretan de múltiples formas, perjudicando e interfiriendo en sus relaciones interpersonales (especialmente las conyugales o de pareja), su capacidad de trabajo o estudio, el interés por las cosas y por las otras personas, etc.

También favorecen ciertas actitudes anormales como: auto-aislamiento, apatía, indiferencia, trastornos de la conducta alimentaria (anorexia o bulimia), conducta autodestructiva (tendencia suicida, abuso de alcohol y drogas), estado hiperalerta (sensación de estar permanentemente amenazada, en peligro, de modo que se vuelven mucho más susceptibles e irritables), comportamiento esquivo con los niños, maltrato infantil, dificultad para establecer un vínculo apropiado con los propios hijos, promiscuidad, automutilación (histerectomía, ligadura de trompas), tendencia a establecer relaciones abusivas (en las que resultan maltratadas), búsqueda de sobrecompensación profesional, etc.

La herida abierta por el aborto puede provocar otro tipo de manifestaciones como insomnio, alucinaciones auditivas (oír el llanto de un niño), pesadillas (en las que el capítulo del aborto se repite continuamente, aparecen niños despedazados o mutilados,...), intrusiones (es decir: recuerdos súbitos diurnos de la experiencia del aborto), etc.

Además, el aborto puede ocasionar dificultades en embarazos y partos posteriores, pero, en esta ocasión, influyen alteraciones tanto físicas cómo psicológicas que pueden comportar disfunción sexual (sobretodo con el padre de la criatura abortada) esterilidad, interrupción espontánea del embarazo, parto prematuro, (que, por cierto, incrementa el riesgo de parálisis cerebral en el neonato)...

Tampoco es infrecuente que las mujeres busquen embarazos "expiatorios" (es decir, que compensen la pérdida sufrida) o que se involucren en el movimiento pro-vida (con una intención de reparación) o pro-aborto (con la esperanza inconsciente de fortalecer la idea de que el aborto fue una decisión correcta y razonable, de modo que no hay motivos para arrepentirse o dolerse por ella).

Estas manifestaciones típicamente empeoran en las fechas en que tuvo lugar el aborto o en que el niño debería haber nacido (reacciones de aniversario) y también pueden desencadenarse o agravarse ante determinados acontecimientos vitales estresantes o emocionantes.

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